He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
Apocalipsis 3:11
Retener en la memoria el legado eterno, encomendado por Dios a tu vida, es el destino que fuiste marcado por Dios desde antes de la fundación del mundo, es caminar en la seguridad de Dios. Ligados a la verdad eterna que no se desvanece es comprender por el espíritu quien eres.
Es indagar la corona de Gloria que te fue dada por Gracia para que andemos en la voluntad de aquel que nos llamó. Confrontando el pasado natural para traspasar el razonamiento hacia las cosas eternas, las que no se ven pero conmueven nuestro espíritu. Dejando de lado las cosas temporales, las que se ven por las que no se ven.
Es una Fe genuina, nunca será una Fe ligada a lo emocional, a un deseo personal. Ni tampoco se refiere a ganar batallas personales, sino de retener lo que Dios habló en nuestros corazones en lo secreto para crecer en esa Fe. Incorporando tu ser hacia la verdadera carrera que debes prepararte.
Retener es un derecho legal, que cuándo conoces los fundamentos, te lleva a ordenar en la legalidad de Dios. El retener nunca será una acción voluntaria es una ordenanza del espíritu de sumo derecho que te llevara a tomar acciones contundentes, donde serás atraído por el original de tu verdadero sentido de existencia.
Reteniendo en la memoria ,para que ninguna cosa distorsione el verdadero sentido de nuestras vidas, ocasionando que algo acontezca, que salga o desaparezca por nuestra propia voluntad o distracciones, Asumiendo la jurisdicción dada por Dios en donde fuiste plantado en Cristo Jesús.
Es el legado eterno, el llamamiento santo de ser hijo de Dios. Retener la corona de vida dada por Dios es no mirar el pasado, abrazando el futuro y esperanza que es Gloriosa a todos aquellos que hacen Su Buena Voluntad que es Perfecta y Agradable.