El pecado tiene la capacidad de ensuciar nuestro corazón de tal manera que todo lo que sale de él estará manchado.
Es necesario recordar que nuestra vida no nos pertenece y las personas que nos dio para compartir debo cuidarlas con responsabilidad. Nacimos para agradar a Dios y eso debe ocurrir en cada momento de nuestra existencia, en la vida privada y en la vida pública.
Cuando el salmista dice que en la integridad de su corazón andará dentro de su casa, está tomando la decisión de que dentro y fuera del hogar vivirá para el Reino de Dios; que tendrá en cuenta los valores que contenga las cosas que consuma y de esa manera honrara a su Creador.
Padre Celestial ,ayúdanos a mantenernos fieles a Tus Palabras, que podamos discernir lo que es bueno ,para nosotros, para nuestras familias y apartarnos así de todo aquello que no nos ayude a crecer en TI, en el nombre de Cristo Jesús amén.