Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él. Isaias 59:19
La labor de un Hijo de Dios , es quien se conoce Hijo que fue llamado por Él, es creerle a DIOS. Su obra se manifiesta en todo aquel que en Él cree, todas las promesas de Dios se cumplen en nosotros, porque Su Palabra nos instruye en el Buen camino, hasta que todos lleguemos.
Vendrá el enemigo cómo río más el espíritu del Señor levantará bandera en contra de él.¿Qué cosas distorsionan nuestro habitar en Dios? Cuando damos legalidad a los pensamientos, a las circunstancias que atravesamos, si no estamos dispuestos a salir rápidamente de allí desde el más pequeño pensamiento, que se infiltró en nosotros identificándo por el espíritu estaremos abriendo una brecha mayor que nos sacará de la comunión con Dios.
Cuando creemos más al padecimiento, a la circunstancia, a el dolor, desilusión, a el diagnóstico, a la deuda, más que la Soberanía de Dios, comenzamos a arribar en las mentiras del enemigo, si se quedan allí en tu corazón empezará a crecer, si no aprendes a desalojar con rapidez lo que no pertenece a Dios, estarás en un grave aprieto porque ese pensamiento viene a comer de usted, robando las promesas de Dios en su ser interior.
¿Cuándo llegan esos pensamientos intrusos? La mayoría del tiempo, ¿Que comunión tiene la Luz con las tinieblas, y Qué concordia Cristo con Belial?
Es un virus sutil en engaño, que se impregna en quienes dan lugar a las maquinaciones del enemigo, pero depende de nuestro sistema inmunológico cuán impregnados estamos de nuestra comunión con Dios, y de Su Palabra, que tan sensible o fuerte se encuentra.
Entrenando las Gracias espirituales que nos fueran concedidas en Dios, derribando argumentos, todo lo Bueno, Puro en esto pensemos.
Cuando sabemos que todo lo que hacemos no es con nuestras fuerzas, sino con el espíritu de Dios que opera en nosotros, podemos afrontar la adversidad en pensamientos de Dios. Sumergidos en Su Infinita Gracia, identificando por el espíritu que cosas están siendo contrariadas en nosotros mismos y en los demás.
Para que podamos vivir quieta y reposadamente en el Señor necesitamos conocer al Señor, impregnarse de Su Verdad creyendo que somos capaces de poseer la tierra, en Su Verdad y Su Plenitud. No somos despojos de Dios, somos parte de su ADN,por lo tanto permaneciendo bajo su abrigo, nunca nos dejaremos engañar por las atracciones de este mundo, sino que la identificamos en Su Verdad, derribando toda maquinación del enemigo, viviendo en la plenitud de Dios.