Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo.
Porque los malignos serán destruidos,
Pero los que esperan en él Señor, ellos heredarán la tierra. Salmos 37:8-9
Gracias Padre Celestial, por Tu Espíritu Santo que nos redarguye cuando estamos ensoberbecidos, ordenas nuestro camino cuando nos sujetamos en nuestra propia prudencia. Acaso no es mejor Tu consejo, que todo razonamiento humano. Tu instrucción engrandece Tu Nombre en quienes la obedecen, Nos alineas por senda de Justicia, por amor a Tu Nombre.
Tantas veces intentamos cuidarnos de nosotros mismos, de quienes nos rodean y olvidamos que estamos en la Presencia del Padre. En tantos pasajes de la biblia, leemos que Su Gracia se deleita en un corazón humilde ligado al corazón de Dios. El Señor nos llama a la prudencia de refrenar nuestros labios, porque cuando ahondamos en Palabras, seguro que resbalaremos.
Nos sumergimos por un instante en el lodo de la condenación, la murmuración y mal deseo. Creamos un ámbito diferente al de Dios. Observe que tremendo pasaje nos instruye en las escrituras: Los justos sólo abrigan buenos deseos; la esperanza de los impíos es el enojo. Proverbios 11:23
El amor que nos fue dado por Dios, Su ADN, nos hace refinar el carácter de Dios en nosotros, el que cubre multitud de errores, si reconocemos en todo tiempo las bondades de nuestro amado Padre con nosotros, no nos dejaremos tentar por el enojo, que no engrandece el nombre del Señor. En acciones mezquinas, con intereses propios, que no contribuye al propósito eterno de Dios.
Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, les entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas. Mateo 18:35
Vivir Su mandamiento en plenitud, es disfrutar del amor de Dios en nosotros, amaras al Señor Tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Mateo 22:37:40
El amor de Dios, nos hace ser prudentes en toda administración de nuestra lengua. Enojo lento, gran inteligencia; espíritu impaciente, demasiada necedad. El enojo nos lleva a dar lugar a las maquinaciones de las tinieblas. El enojo llena de oscuridad Tu corazón y te saca de inmediato, de la comunión con Dios. Te atrapa en sus maquinaciones desordenadas, con pensamientos de culpa, condenación, angustia y dolor.
Cuántas veces perdonaré a mi hermano, le pregunto unos de sus discípulos, Jesús le respondió hasta setenta veces 7.El Señor nos enseña que no es un número de veces sino que no podemos recordar la ofensa, es por eso que continuaremos perdonando porque nuestra alma está siendo transformada a los verdaderos asuntos, que son eternos.
Ser paciente es mejor que ser valiente; es mejor dominarse uno mismo que tomar una ciudad Proverbios 16:32
De que nos sirve conquistar el mundo y perder nuestra alma, olvidar el buen consejo de Dios por una razón que nos entorpece, es cómo neblina que aparece por un poco de tiempo y se desvanece.
Y el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que corrija con mansedumbre a los que se oponen, por si acaso Dios les concede arrepentirse para que conozcan la verdad 2 Tim 2:24-25
Amém! 🙏🏻🙏🏻🙏🏻🙏🏻❤️
Muchas Gracias por visitar y leer este Blogs.
Amén ������